De padres extremeños, Benito Pulido Cortijo nació en Torucoing (Francia) en 1968. Allí residió hasta los once años en que su familia regresó a Navezuelas, su pueblo natal. A los dieciocho años emigró a Madrid donde trabajó como vigilante de seguridad hasta el año 2004 en que volvió a Navezuelas buscando de nuevo sus raíces.
Buen dibujante y ebanista de afición, descubrió la técnica de decorar tejas antiguas con pasta de modelar de la mano de su buena amiga Merche, quien le inició en un pasatiempo que hoy en día se ha convertido también en actividad económica.
En su trabajo reproduce un mundo de fantasía en que castillos y caballeros, brujas y hadas se mezclan con la arquitectura popular y las fortificaciones medievales reales que va conociendo en sus viajes.
Una muestra de este trabajo se podrá contemplar en el Museo de Logrosán hasta el próximo 26 de marzo.
Son muy bonitas, ya que yo he tenido la posibilidad de verlas
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